Año 2004

"ESTAMPAS DE LA HUERTA Y LA ALBUFERA DE VALENCIA"

2º. Premio de Conjunto, 1º. Premio de Figura, 6t. Premio de Canto, Premio Extraordinario de la Diputación de Valencia, Premio Extraordinario Amigos de la Real Academia de Cultura Valenciana y Premio "Al millor Chiquet" de Junta Central Fallera .

Un año mas, la  Comisión Infantil de la Falla de la calle Baja - Mesón de Morella, aprovechando este acto tan fallero com es el "Cant de l'Estoreta", quiere volver la vista atrás en el tiempo, no para demostrar que cualquier tiempo pasado fuera mejor, si no, más bien, para aprovechar ocasiones como esta para dar a conocer a los más pequeños una forma de vivir, de trabajar, y unas tradiciones casi olvidadas por los más mayores y desconocidas para los que ahora son niños.

En esta ocasión, bajo el titulo  “ESTAMPAS DE LA HUERTA Y LA ALBUFERA DE VALENCIA”, vamos a recordar, a unos, y dar a conocer, a otros, unas formas de vivir, de trabajar el campo, y de hacer fiesta. 

 

LA ENTRADA DE LA MURTA

 Aquí tenemos la primera estampa, “La entrada de la murta”

L’entrá de la murta és

un carro ple de flors

que ve ple de perfums

que algren nostres cors 

En las fiestas y procesiones, antes de pasar la comitiva, se extendía, por todas las calles del recorrido, una alfombra de flores, murta y otras plantas aromáticas, para perfumar y engalanar el ambiente.

Hoy es un día de fiesta para los niños de esta comisión, por eso hacemos uso de esta antigua tradición valenciana.

Esta tradición ha sido objeto de inspiración a pintores, músicos y, hasta a poetas, como Andrés Cabrelles que compuso la obra  “L’entrá de la murta”, en la que explica el significado de esta tradición. Y no debemos olvidar que a este verso le puso música, a escasos cien metros de esta plaza, en la calle de su nombre, el insigne valenciano Salvador Giner.

 

LA BARRACA 

La estampa más típica de nuestra tierra, “La barraca”, casi desaparecida por la expansión de la ciudad y la despreocupación de sus amos y gobernantes, y que muy pronto solo podremos ver en los libros, cuadros y fotos antiguas.

Junto a ella transcurría la vida en la huerta.

A sus alrededores, la era o el secadero de arroz, la cebollera, el pozo de agua y todos los elementos indispensables para las labores del campo, daba a la huerta esa pincelada de hermandad y de vida. 

Podíamos ver sacar agua del pozo, hacer, com mucha paciencia, esparto, cuerda, sillas de boga, zapatillas u otras cosas muy interesantes, como cocinar una buena paella de pollo y conejo o un "all i pebre" de anguilas, de los que, seguramente, nos comeríamos un plato ahora mismo. 

Y como no, podíamos ver jugar a los más pequeños en la era o secadero a juegos como la trompa, al canuto, al ruedo o a la taba, al pico y pala, tirar de la cuerda, al plantado, etc., etc., después de merendar una buena caracolá hecha por la madre o comerse un entrepan de vino con azúcar. 

Sin duda, más de uno recordará tiempos pasados con nostalgia.

           

 

LA ALBUFERA 

¿Qué sería de Valencia y su huerta sin la albufera?

Esperando que muy pronto la tengamos recuperada, aquí llevamos una estampa ya desaparecida, “la cosecha del arroz”.

Cuando estaba a punto de acabarse el verano, a la salida del sol, collas de hombres y mujeres con sombrero de paja y hoz en la mano, llenaban los caminos hasta las marjales y campos a la orilla de l’albufera, esperando poder cosechar el arroz a tiempo y siempre pendientes de las primeras nubes y tronadas del otoño.

Esta, al igual que su plantación, se realizaba a mano.

Aquí les ofrecemos esta estampa valenciana, donde podemos ver como se cogían y ataban las garbas de matas de arroz granado, cargándolas después a la barca, y aprovechando las acequias y canales, llegar a los secaderos dejando el fruto de tanto esfuerzo y tantas horas de trabajo.

Hay que decir también, que siempre había alguien que prefería ponerse con la caña y esperar a pescar alguna llisa o tenca, pe a hacerse un buen "suquet".

 

LAS CORRIDAS DE JOYAS 

Pero no todo iba a ser trabajo, y los animales que antes ayudaron en las labores del campo, también se aprovechaban en otras cuestiones.

Aquí tenemos una muestra de una actividad, casi desaparecida “las corridas de joyas”.

Estas corridas eran unas de las actividades de ocio que mas tiempo entretenían a los labradores.

Se celebraban durante tres días consecutivos, a dos, tres y hasta cuatro carreras diarias, según el interés y la rivalidad, contando siempre con un gran numero de aficionados y admiradores.

De pueblos de los alrededores acudían familiares y amigos para disfrutar del espectáculo y de las rivalidades de los jinetes y amos de los caballos que, a veces, acababan la fiesta a bofetadas o pegándose los mismos jinetes con el látigo mientras corrían.

En un sitio visible, de un lado al otro de la calle, donde iban a celebrarse las corridas, se colgaban los pañuelos de seda (las joyas), de distintos colores, sobre una corona de murta, para que presidieran las fiestas y fueran admirados por todos.

El último día, antes de la carrera final, eran descolgados los pañuelos y entregados a los jinetes y amos de los caballos, teniendo preferencia para elegir los ganadores.

Después, eran atados al cuello del jinete y caballo correspondiente, celebrándose la última corrida luciendo esta “joya” y llegando juntos a la meta, todos los jinetes, agarrados de las manos. Era el momento del aplauso final.

Acabadas las corridas, “las joyas” eran entregadas por los jinetes a sus amadas.

Todo el que quiera disfrutar de esta estampa de la huerta valenciana, aún puede hacerlo en las fiestas patronales de Pinedo, donde luchan para no perder su identidad.

 

 

EL TRIBUNAL DE LAS AGUAS 

Aigua, sanc de l’horta,

Aigua, remor de vida,

Aigua, tresor per a compartir,

Aigua, motiu per a barallar...

I... essencia d’algaravia. 

La influencia de la huerta y la albufera, y en consecuencia el agua, fue total en la vida de los valencianos. Prueba de eso es que, casi todos los artistas valencianos, escritores, escultores, pintores y músicos, la plasmaron en su obra.

Y, como muestra, aquí tenemos un ejemplo, el cuadro titulado “ El Tribunal de les Aigues“ del que es autor Bernardo Ferrandiz Badenes, pintor valenciano del siglo XIX. Cuadro que cautivó a Napoleón III, quien lo compró, habiendo estado expuesto en el museo de Burdeos, hasta que, finalmente, volvió y se encuentra en el Palacio de la Diputación.

Desde hace más de mil años, los valencianos tenemos una de les estampas más conocidas en el mundo entero, nuestro “Tribunal de las Aguas”.

Es la institución de justicia más antigua de Europa. Tal vez su origen sea romano, pero es conocido en tota su plenitud desde 1238, cuando Jaime I el Conquistador, otorgando al Reino de Valencia sus Fueros, Leyes y Ordenanzas, le va a dar todo el fundamento que le ha hecho perdurar hasta la actualidad.

Cada jueves, en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral, antes de que el reloj del Miguelete de las doce del mediodía, en un reducido recinto, entran los siete Síndicos de las principales acequias del río Turia y el Alguacil con en "Gancho", emblema de esta institución, para administrar justicia a los labradores, cumpliéndose las penas según las Ordenanzas establecidas, siendo el veredicto justo e inapelable.

Hasta Blasco Ibáñez, en su obra “La Barraca”, le dedica un pasaje al Tribunal de las Aguas, plasmando un juicio en el que se ven involucrados “Pimentó”, como acusador, y “Batiste” como acusado.......

 

L’ESTORETA 

Y así, entre trabajo, fiesta y juegos transcurría la vida de nuestros antepasados.

Hoy como dije al principio, es un día de fiesta para los niños de la falla de la calle Baja. Un día en el que aprendemos cosas de la vida y costumbres de los valencianos y que se recuerda el nacimiento de nuestra gran fiesta “LAS FALLAS”. Una fiesta en la que los niños fueron el comienzo y son el futuro.

Hoy en el tradicional "cant de l’estoreta", gracias a la Falla de la Plaza del Árbol, podemos recordar, año tras año, el inicio de la fiesta de las fallas y alentar su futuro.

Aquí tenemos a los niños de nuestra comisión que ya están "recogiendo trastos para la falla" y que, com si volviéramos atrás en el tiempo, vienen cantando esa cancioncita que dice.... 

Per ahi hi ha una estoreta velleta...

 

LA GRUPA VALENCIANA 

No podemos olvidar otra estampa típicamente valenciana, donde el animal que ayudaba en las labores de la huerta, también era utilizado para las grandes ocasiones, y, sobre todo, para las fiestas. Engalanándolo y llenándolo de ricos adornos para lucirlo, mas que como un buen animal de trabajo, como uno más de la casa.

Aquí tenemos, para finalizar nuestra participación en el XLIII concurso del Cant de l’Estoreta, a nuestra Fallera Mayor Infantil, LAURA TOMAS NAVARRO DE PALENCIA, junto al Presidente, SERGIO CANO LLUCH, haciendo su entrada en la típica “grupa valenciana”. Plasmada maravillosamente, como no, por el genial pintor Joaquín Sorolla, en su cuadro titulado “Grupa valenciana”.


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2004 © Calle Baja

Texto: José Tomas Pastor y Arturo Martínez